LO QUE UNA APRENDE

A veces en la vida nos toca aceptar situaciones que escapan a nuestro control. Ni es bueno ni malo, solamente debemos de aceptar que es una perspectiva más en un día cualquiera.

Cuando os he escrito este texto, esta mañana, llevaba sentada algo más de 1 hora en la estación de ferrocarril de LAS PLANAS (Barcelona), de camino a la labor diaria, rodeada de una marabunta de gente.

El dia se puede decir que se me ha estropeado en términos laborales. El accidente de 2 trenes me ha hecho perder la mañana, 2 reuniones y ahora me toca recuperar no el tiempo sino el trabajo no realizado.

Haciendo un simil con algunos elementos que hemos visto durante nuestra formación de COACHING, os diré que he aprendido algunas cosas:

Me he preguntado a la orilla de una carretera:

¿Qué lección puedo extraer de esta caótica circumstancia?
¿Qué siento? ¿Dónde?
¿Tengo alternativas?
¿Cuál es el impacto que voy a tener y a que digo que si y a que no?
¿Qué me decía mi intuición esta mañana? Coge el coche que será mejor

Ante tales cuestiones, sin información apenas de lo ocurrido (del accidente), navegando con incertidumbre y sintiendome bastante perdida, cosa que me fastidia bastante, decido optar por un papel de observador.

Veo cierta inquietud alrededor mío, entre los compañeros de fatigas algunos comparten su experiencia hasta extremos de intimidad insospechados. Otros parecen paralizados sin apenas mostrar curiosidad alguna y evitan encontrar la mirada de quienes les rodean.

¿Qué hay de positivo en todo esto?

Conocer gente hoy que jamás antes ha coincidido en mi camino
Escuchar más que hablar
Confiar en que hay lugar para la mejora y mucho
Disfrutar del sol que me está bronceando gratis
Esperar una llamada que todavía no se ha producido

Y si nada de esto funciona, me acojo a mi derecho de escribiros este blog a modo de desahogo.

Un abrazo. Mar